Nuestra niñez, adolescencia y vida adulta.
Hace unos días en unos de esos
momentos de evocación, vino a mi memoria la maravillosa época de estudiante de
bachillerato. Esto aconteció por un mensaje que leí en mí celular, el cual
hacía mención a lo apurado que están los niños y los adolescentes en ser
adultos.
Actualmente como adulta y en referencia al mensaje, puedo decir que es
verdad. Todos en nuestra infancia y adolescencia anhelábamos el momento de ser
un adulto. Y siempre nuestros mayores nos decían que dejáramos el apuro, que
esa edad llegaría, que solo debíamos portarnos y hacer bien todo, para cuando
llegara ese momento disfrutarlo a plenitud. Muchos de nosotros a veces no
tomábamos en cuenta esos consejos, solo queríamos ser grandes e independientes.
Pero al llegar a esa edad, queríamos la varita mágica para regresar a la época del colegio, el liceo, el tiempo libre y volver a
sentirnos despreocupados, disfrutando
sin muchas responsabilidades o compromisos, solo con lo necesario para volver
a saborear de esa vida desenfadada
Ahora me toca a mí darles esos consejos a mis nietos, procuro contarles
mis anécdotas de juventud, con la intención que vean la sonrisa que se dibuja en mí rostro y la
felicidad de haber vivido momentos maravillosos.
Les digo con todo mi amor de
abuela y llena de energías, que disfruten a pleno su momento, que cada uno de
ellos serán un bello recuerdo, que vivir es amar cada instante, que si se
presentan dificultades, ellas vienen para enseñarnos a resolver, por muy
fuertes o dolorosas que ellas sean, siempre dejan el valor de haberlas vivido.
Cuando mis nietos me preguntan por qué siempre
estoy de buen ánimo, les respondo que tuve una niñez y adolescencia muy bonita,
que ellas dejaron en mí el grato sabor de vivir todo a su momento, sin apuros,
dejándome orientar, pero también dejando claro mi manera de ser y pensar, sin
faltar el respeto a nadie. Aceptando que en la vida todo no se dará como uno
piensa o quiere.
Les confieso muchas veces me sentí desubicada, incomprendida, pero lo
que nunca faltó fue el buen consejo a tiempo.
El abrir mis oídos y mente al
mensaje que me querían transmitir un familiar, un docente, un buen
amigo de la familia o cualquiera que realmente me apreciara me ayudó. Dejarme orientar fue una buena decisión, me permitió ver la vida con un carisma reluciente, todo fue más fácil, mis sentidos pudieron apreciar con claridad y mis emociones se manifestaban sin temor.
Ser parte de las nuevas
generaciones, estar compartiendo con ellos, ser complemento y apoyo, terminan
convirtiéndose en nuevos aires que respirar, nuevos retos que afrontar, otros
estilos y maneras de ver la vida que
debemos aceptar, aunque no se compartan. Si volvemos nuestras miradas al
pasado, recordaremos las veces que buscábamos ser entendidos, respetados,
valorados, queridos.
En este momento de nuestras vidas
hablamos poco de lo que queremos ser cuando llegue la vejez, y si lo hacemos lo
que decimos es que queremos una vejez tranquila, sin complicaciones, junto a
los nuestros, y pidiendo lo que muchos jóvenes piden actualmente, ser
entendidos, respetados, valorados, queridos.
Es hermoso saber que en nuestra niñez, adolescencia y ahora de adultos hemos buscado y pedido siempre lo mismo. Lo que nos debe dar una gran alegría, porque lo que nunca hemos dejado de lado es ese sabor a juventud que todos tenemos.
Sí, juventud actualizada, rejuvenecida, demostrada con nuestras buenas actitudes, con nuestros encantos tan particulares, dejando nuestra huella inconfundible, para que las nuevas generaciones tengan un referente de una vida bien aprovechada.
Con todos estos años vividos, con todas nuestras vivencias acumuladas y nuestras experiencias demostradas, y valorando cada etapa de nuestra vidas, hoy quiero invitarlos a revisar tres aspectos de la mejor película que hemos visto, que es nuestra saga y donde cada uno de nosotros es y seguirá siendo el director y actor principal, nuestra película se llama: Mi vida.
Esta película está dividida en tres partes:
1.¿Quién soy?
2.¿A donde voy?
3.¿Con quién voy?
Para la próxima semana les compartiré la primera parte. Desde nuestros mas puros sentimientos y emociones vamos a prepararnos para ver: ¿Quien soy?
Saludos y hasta pronto!
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